Hola, hola!!

Bueno, este es un proyecto de fic que tenía hace un par de años...espero que les guste...en esta historia viajaremos directo a Hogwarts!!!

Intentare sobrevivir a Hogwarts, que el-que-no-debe-ser-nombrado regrese....y....jajaja bueno, hacer que Harry y Hermione se enamoren...creen que lo consiga?

Bueno...sin más l@s dejo leer querid@s lector@s !!!!

jueves, 26 de mayo de 2011

Capitulo 9. La venganza del hurón: Una Gryffindor menos.


Esperaba un grito, amonestación, perdida de puntos para Gryffindor…¿ir con Filch?, pero lo único que oí fueron los quejidos de Malfoy. Hagrid había ido a regañar a un par de Slytherin que hechizaban al escreguto que se les había encargado cuidar.

-¿Pero que hacen? – dijo preocupado - ¿Qué hechizo usaron? –

Gire de nuevo para ver a Malfoy, que le lanzó el hígado al escreguto que estaba en el piso mientras maldecía. Para sorpresa de todos, el escreguto comió el hígado. He hizo un ruido extraño. Por lo que Hagrid, como todo padre…ah no, lo siento, como ¿todo profesor?....bah, dejémoslo en que Hagrid volteó. Y hizo una sonrisa paterna que me dio miedo.

-         Pero, ¡Esta comiendo! – dijo - ¿Quién le ha dado el hígado? –

Crabbe y Goyle apuntaron a Malfoy quien tenía una cara de asco.

-         ¡20 puntos para Slytherin! – dijo Hagrid emocionado – Vaya Malfoy…- dijo y después alzó la voz - ¡Vengan todos aquí! –

Malfoy nos miraba a mi y a Anna con odio. Ron nos miraba con una sonrisa, y le susurro a Hermione.

-         Después de ti golpeando a Malfoy el año pasado, ellas son mis heroínas – y Hermione sólo empezó a reír, - ¿Soy tu heroína? –

Harry se percató de la risa de Hermione y se giró para verlos. La clase termino y Malfoy se pasó por en medio de Anna y mío, chocando contra nosotras.

-         ¡Ya me las pagarán! – dijo y fue seguido de Crabbe, Goyle, y Frank, que pasaron por nuestro lado. - ¡Nadie ataca a un Malfoy! –
-         Aja – dijo ella riendo – sólo es un niño de papi. –

Fuimos a el gran comedor, y nos sentamos en la mesa de Gryffindor, Hermione comenzó a comer rápidamente su comida, de una manera que hizo que los 4 (Harry, Ron, Anna y yo) nos quedáramos viéndole.

-         ¡Es una nueva estrategia para la liberación de los elfos? – preguntó Ron divertido - ¿Intentas vomitar? – después hizo una cara de dolor, y Harry una de enojo. Parecía que le había propinado un codazo debajo de la mesa.
-         No…sólo quiero ir a la Biblioteca – dijo intentando no hablar con la boca llena de alimento –
-         ¡Yo te acompaño! – dije para aprovechar para hablar a solas con ella, ya que debía empezar a acercarme más a ellos; conocer la biblioteca, y estudiar un poco más para las clases, que me daban terror.
Ron y Anna nos miraban incrédulos, Harry simplemente sonreía.
-         ¿Pero están locas? – dijo Ron – si apenas es el primer día, nadie tiene deberes. Y Anna asintió. Hermione se encogió de hombros y yo me limite a seguir enguyendo mi comida, para acabar a tiempo.
Hermione se levantó y yo, en seguida la seguí.
-         ¡Los veré en la cena! – dijo ella –
-         ¡Y yo en adivinación! – dije mientras intentaba seguir los rápidos pasos de ella.

 Llegamos a la Biblioteca, y ella fue rápidamente a los estantes. Yo, agotada por el ejercicio hecho después de la comida, saque un libro de encantamientos de mi mochila, que llevaba todo el día arrastrando. Hermione llegó con 3 libros, y se la pasó buscando en los libros. Cuando sonó la campana, Hermione me dio indicaciones de cómo llegar al edificio de adivinación, y salí corriendo. Quisiera decir que dí rápidamente con la torre, y entre a clase al mismo tiempo que todos, pero verán, soy despistada y no muy orientada. Así que…estaba sola en los pasillos buscando la torre de astronomía. Genial. Yo y mi gran idea, y ni siquiera pude hablar con Hermione

-         ¿Perdida? – dijo detrás de mí una voz  y me giré.
-         Marcus – dije feliz de ver a alguien “familiar”  - si, soy bastante torpe – dije riendo
-         El castillo es muy grande…- dijo el justificando – yo me perdí en la mañana – sonreí.
-         ¿Qué clase tienes? – dijo el
-         Adivinación – dije frunciendo las cejas –
-         ¿Con Trelawney? – dijo el
-         Si…-
-         ¡Yo se donde es! – dijo – puedo llevarte si quieres... -
Gracias – dije sonriendo, caminamos en silencio por los pasillos y escaleras y llegamos a una trampilla circular que había en el techo, por la que se entraba en el aula donde vivía la profesora Trelawney.

Y me sentí muy rara y feliz cuando recibimos el impacto de un perfume dulzón.
- Muchas gracias, Marius…- le dije y el sonrió.
- Fue un placer Marianne…- dijo el sonriendo, te veré después. Y subí al aula.
- Buenos días querida —dijo la tenue voz de la profesora Trelawney que estaba sentada en un sillón frente a la clase y Harry, dio un respingo. – vi que tuviste un percance, pero…estoy satisfecha de que lo pudieras resolver…- dijo misteriosamente.
- Umm…- dije yo – si –
- Puedes unirte – dijo ella señalando la mesa donde estaban Harry, Ron y Anna.- Como les decía, queridos míos, ha llegado la hora de mirar las estrellas —dijo—: los
movimientos de los planetas y los misteriosos prodigios que revelan tan sólo a aquellos
capaces de comprender los pasos de su danza celestial. El destino humano puede
descifrarse en los rayos planetarios, que se entrecruzan...-
-         bla, bla, bla…- dije aburrida y saque un pergamino y comencé a hacer garabatos.
Después la profesora nos dio unos mapas circulares. Harry y Ron se la pasaron bromeando y me tuve que esforzar mucho por no carcajearme, al igual que  Anna. Realmente eran malos, para los mapas, Harry tenía dos Uranos, y Ron dejó el mapa después de un rato. Yo me limité a seguir las instrucciones. Y estaba cabeceando mientras Trelawney hablaba feliz y emocionada con Lavender y Parvati, quienes casi gritaban señalando sus mapas. Anna estaba igual de aburrida así que charlaba con Ron, miré a Harry, que borraba sus marcas en el mapa, para volver a calcular en que posición estaban los planetas. Ron se la pasó haciendo comentarios muy graciosos, pero lamentablemente la profesora lo escucho y nos dejo muchos deberes.

Cuando la clase finalizó nos dirigíamos al gran comedor, Hermione nos platicaba emocionada acerca de su clase.

-         ¡La profesora Vector no nos ha dejado deberes! – dijo
-         Bien, ¡bravo por la profesora Vector! – dijo Ron un poco molesto.
-         Oye Hermione, me ayudarías con mis…- comenzó Harry, cuando entramos en el vestíbulo, pero oímos una voz que reconocimos al instante.
-         ¡Eh Weasley, Weasley! – nos volvimos para descubrir que se trataba de Draco Malfoy, con su acostumbrado séquito, y de nuevo, con Frank, que parecía haberse unido a este; se veían muy felices por alguna razón.
-         ¿Qué? – dijo Ron
-         ¡Tu padre apareció en el periódico! – dijo en voz alta para lo que escuchara todo el vestíbulo. – MAS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA – comenzó a leer. Era un artículo escrito por Rita Skeeter, - ….otra situación embarazosa ayer con el jefe de departamento del uso indebido de los objetos Muggles Arnold Weasley…- dejo de leer - ¡Ni siquiera escriben bien su nombre, pero….como es un don nadie, nadie debería de recordarlo – hizo una floritura con el periódico y prosiguió con su lectura. Todo el vestíbulo lo miraba. Terminó de leer el artículo, que hablaba de cuando el padre de Ron fue a ayudar a “el profesor Moody”.
-         ¡Y viene una foto Weasley! – dijo Malfoy, dándole la vuelta al periódico y levantándolo – son tus padres afuera de tu casa, si es que a eso se le puede llamar casa. Tu madre debería perder un poco de peso, ¿no crees? –
-         Mételo por donde te quepa Malfoy – dijeron Harry y Anna al mismo tiempo, y todos los miraron –
-         Ah, Potter…- dijo Malfoy – tu estuviste un verano en su casa, ¿verdad? – dijo en tono despectivo – Dime, su madre tiene el aspecto natural de cerdito, ¿o solo es la foto? – Hermione, Anna y yo tuvimos que tomar a Ron de los hombros para que no se abalanzara sobre Malfoy.
-         ¿Y te has fijado tu en tu madre Malfoy? – dijo Harry – Esa expresión de estar oliendo mierda, ¿la tiene siempre o sólo cuando tu estás cerca? – el palido rostro de Malfoy, se puso colorado –
-         ¡No te atrevas a insultar a mi madre Potter! –
-         Entonces, manten cerrada tu grasienta bocaza – dijo Harry y todos nos dimos la media vuelta para entrar al gran comedor, pero tuve un deja vu y me gire antes. Vi como “Moody” le apuntaba a Malfoy con la varita, quien apuntaba a Harry.
-         Ah, no ¡Tu no! – dijo, y después Malfoy estaba convertido en un hurón.
Crabbe iba a tomar el hurón ante la mirada horrorizadade Goyle.
-         ¡Dejalo! – grito “Moody” y entonces, apuntó con la varita al hurón, haciendolo botar en el aire, cada vez más alto, mientras lo regañaba
-         ¡Profesor Moody! – dijo la profesora McGonagall escandalizada
-         Hola, profesora McGonagall – dijo el botando con la misma tranquilidad al hurón, mucho más alto, y ahora chillaba de dolor. “Moody parecía disfrutarlo. Cuando la profesora McGonagall se dio cuenta de que era un alumno, hizo que Moody dejara de botarlo , y lo regreso a su forma. Después, lo estaba regañando, diciendole que esas no eran las políticas de Hogwarts.

No puedo mentir, si digo que Malfoy no me dio cierta lástima, estaba rosa, y derramó un par de lágrimas por la vergüenza que sentía. Susurró algo, de lo  que sólo logre entender <<”mi padre”>>, y entonces Moody comenzó a gritarle cosas acerca de el, y después lo tomó del brazo para llevarlo a las mazmorras a hablar con Snape.

Ron estaba muy feliz por esto.

-         No me hablen – dijo caminando al comedor, pero en ese momento llegaron Ginny y Heather; su amiga castaña.
-         ¡Hola chicos! – dijo Ginny, y Ron la miró y le iba a decir, “no me hables”, pero vió a Heather, sonrió y dijo
-         – Hola chicas. –
-         ¿Por qué no querías que te habláramos? – dijo Harry –
-         Para conservar este momento en mi memoria… - dijo el con una sonrisa de satisfacción. El increíble hurón botador…- todos rieron con el comentario, mientras nos sentábamos en la mesa.
-         Pero la profesora McGonagall hizo bien en detenerlo, Malfoy pudo haber sido lastimado. – Anna asintió en silencio mientras masticaba su filete.
-         Oh vamos, no lo arruinen - dijo el y Hermione hizo una mueca. –
-         No estamos en la edad media…- dije yo molesta, ya que sabía la verdadera identidad de Moody, y sabía por que hacía todo lo que hacía. Pero, yo impediría que Barty Crouch cumpliera por lo que había ido a Hogwarts. Hermione comenzó a comer a gran velocidad, y entonces Harry le preguntó desanimado si debía volver a la biblioteca.
-         Si – dijo ella rápidamente, y luego mordió un pan.
-         Pero has dicho que la prosfesora Vector…- comenzó Ron, pero Hermione lo cayó.
-         No son deberes – dijo y comenzó a tomar grandes sorbos de su vaso.
-         Eso es…eso es…- dije cuando me di cuenta de esto - ¿jugo de calabaza? – dije emocionada.
-         Dah…- dijo Ron y Heather comenzó a reir, y el sonrió satisfecho.
-         ¡No seas grosero Ron! – dijo Hermione
-         Al fin, alguien aprecia mi sentido del humor Hermione –
-         Bien por ti – dijo Harry que de repente parecía molesto.
-         Si … es jugo de calabaza – dijo Hermione y entonces tomé mi vaso emocionada, y me lo iba a llevar a la boca. Trataba de no lucir demasiado emocionada.
-         ¿En España no tienen jugo de calabaza? – preguntó Anna, lo  que hizo que bajara el vaso.
-         No – dije e iba a beberlo otra vez
-         Osea que no lo has probado – dijo Ginny y yo impaciente baje de nuevo el vaso –
-         No –
-         Oh bueno, ¡te gustará mucho! – dijo Hermione – pruébalo –
-         <<”Eso intento”>> - pensé molesta y me iba a llevar el vaso a la boca de nuevo, cuando alguien dijo mi nombre por atrás
-         ¡Marianne! – dijo una voz con un acento extraño –
-         ¿Es que hoy es el dia de molesta a quien va a tomar jugo? – pregunté dejando el vaso en la mesa. Pero Heather y Ginny que estaban enfrente de mi, me miraban con una sonrisa extraña, y con un gesto me indicaban que volteara. Ron fingió una tos. Me giré y vi a Marius detrás de mi.
-         Marcus – dije –
-         Hola Marianne, hola Anna – dijo saludando también a Anna – hola, desconocidos – dijo mirando a Harry, Ron, Herminone, Ginny y Heather. -
-         Un placer – dijo Hermione levantándose – si me disculpan, yo debo irme. –
-         ¡Nos vemos en la sala común! – dijo y se fue caminando rápidamente, yo quería acompañarla, pero terminó mucho antes que yo.
-         Hola – dijeron todos y siguieron comiendo –
-         ¿Te dijo algo Trelawney? – dijo el sonriendo
-         No… - dije sonriendo y queriendo omitir lo de “la predicción” –
-         Que bien…- dijo el – bueno, venía a cenar, pero me quede preocupado. – dijo sonriendo  -
-         ¡Eh, Marius! – dijeron un par de Ravenclaws que estaban a unos metros – ¡tenemos hambre! –
-         ¡Ya voy! – grito el  y después se giró hacia nosotros de nuevo. – iré a cenar…te veré después –
-         Claro Marius – dije y el se alejó a su mesa –
-         ¡Claro…Marius! – dijeron Ginny y Heather en tono de burla, y yo me sonroje, Fred y George llegaron a sentarse entre Anna y yo, en el sitio que dejó libre Herminone.
-         ¿Quién es Marius? – dijo Fred con una sonrisa sirviendose
-         El chico de intercambio…- dijo Heather  levantando una ceja y sonriendo.
-         Eh…¿ya tomaron clases con el profesor Moody? – dijo Ron cambiando bruscamente el tema y los gemelos, junto con Lee Jordan que se sentó al lado de Ginny, comenzaron a alabarlo….teníamos clases con el hasta el jueves.

El día siguiente amaneció nublado. Teníamos hora doble de pociones con Slytherin.
Cuando llegamos a las mazmorras, en mi intento por, hacer que Harry y Hermione permanecieran más tiempo juntos, quise convencer a Ron de sentarse con Anna.
-         Ron, ¿Por qué no te sientas con Anna? – dije señalando una mesa, y Anna me volteó a ver extrañada. –
-         ¡Claro! – dijo el sonriendo – Anna, ¿eres buena en pociones? – dijo cuando se hubieron sentado en la segunda mesa, que había del pizarrón a la otra pared.
-         Se me defender – dijo ella sonriendo
-         ¡Genial! – dijo el sonriendo - ¿me ayudarás? –
-         ¡Claro Ron! – dijo ella riendo, Hermione me miró y sonrió, ella iba a decir algo, así que antes de que pudiera ofrecerme ser mi pareja, exclame.
-         ¿Neville Longbottom? – esperando a que alguien me respondiera, ya que no sabía quien era Neville aún.
-         ¿Si? – dijo mirándome confundido un chico de cara redonda.
-         ¡¿Quisieras sentarte conmigo? – dije señalando la segunda mesa –
-         Pero…- dijo el mirándome preocupado – yo no soy muy bueno –
-         Creo que yo tampoco… - dije sonriendo – pero quiza entre los dos podramos ayudarnos, ¿quieres? – dije 
-         Claro – dijo el - ¿Y tu eres? –
-         Marianne, Marianne Siegrist – Hermione se quedó pensando y después miró a Harry, quien le sonrió.
-         ¿Serías mi equipo? – dijo el
-         ¡Si! – exclamó ella feliz –
Y, rápidamente,  puse mi mochila en la cuarta mesa. Para que Harry y Hermione se sentaran enfrente de mi, y detrás de Anna. Cuando ellos se hubieron sentado, la puerta se abrió.
Severus Snape, uno de los personajes que más odie al inicio y terminaron haciendome llorar al final, haciendo que pensara muy diferente de el. Entro a las mazmorras de mal humor, y su capa ondeaba tras el, llegó al frente y nos miró. Su grasiento cabello se abría como dos cortinas y se veía un poco alterado. Nos dio unos 10 minutos de sermón. Y comenzamos a hacer la primera poción. Fui detrás por los ingredientes, y ya que esta materia me aterraba, había leído la noche anterior el procedimiento en el libro, el cual volví a abrir en ese momento.  Puse el caldero a un fuego bajo. Debíamos hacer un antídoto y comencé con sumo cuidado a picar todas las cosas, y pelar raíces. Mi poción iba bien, y Neville miraba su caldero un poco preocupado. Había pasado una hora y media, y mi poción hervía con un azul ultramar, que era un tono más obscuro que el que decía el libro debía tener, debo admitir que me costo trabajo, pero estaba muy satisfecha.
Intentaba ayudar a Neville, a mejorar la suya. Puse un poco más  de polvo de escarabajo, y la poción agarró un tono azul rey. Estábamos cerca y se veía estable. De repente escuché a Anna gritar.

-         ¡No! – y la miré mientras tomaba algo con la mano que estaba a punto de caer en su caldero. Miré la escena extrañada, y ella volteó a ver alarmada mi caldero.
-         ¡Marianne! – dijo, y baje mi vista, burbujas de un verde neón crecían y crecían en mi caldero…

Con pánico, tome la tapa de la que Mark se burló por ser…”inútil”, y la puse encima del caldero. Después apagué la flama. Pero se podían escuchar aún las burbujas. Hice lo primero que se me ocurrió y apunte hacia la tapa.

-         ¡Depulso! – exclamé, y pasó algo extraño, la tapa impactó con la poción que había explotado, y la tapa quedo soldada al caldero.

Cuando vi que no se movía, y que ya no representaba ningún peligro, miré. Todos me veían sorprendidos alrededor.

-         Vaya, vaya…- dijo Snape – pero si es la mesa de Longbottom…- y sonrió con malicia. Pero su sonrisa se convirtió en expresión sorprendida, cuando vió la poción de Neville, de color azul hirviendo. Y después miró mi caldero.
-         ¿Siegrist? – dijo mirándome – Vaya…otra Gryffindor. Parece, que siempre hay uno que tenga que arruinar pociones. O más…
-         Profesor..- iba a decir Hermione –
-         Guarde silencio Granger – dijo el mirándola molesto. Y entonces me di cuenta de que Malfoy intentaba llamar mi atención con señas. Cuando lo ví, me hizo una sonrisa triunfante alzando las cejas retadoramente.
-         ¿Qué fue lo que pasó? – dijo Snape mirando mi caldero soldado a la tapa.
-         ¡Yo lo vi todo profesor! – dijo una alumna de cabello negro y corto con túnica de Slytherin. Supuse que sería Pansy Parkinson.
-         La poción iba a explotar…- dijo ella –
-         ¿Explotar Siegrist? – dijo el mirándola
-         Esta arriesgando la vida de sus compañeros.
-         Ella lo arreglo – dijo Anna y Snape la miró frio, y continuó.
-         Dos gryffindors más…No discuta Spinelli, - dijo y me señalo – la señorita Siegrist violó las medidas de seguridad de esta clase. -
-         <<”Genial….- pensé – ahora deberé limpiar sesos de rana…”>> -
-         Acompáñeme Siegrist – dijo frío y yo lo miré angustiada. – Acompáñeme. – repitió el, ya que al principio, del miedo no me moví. Tome mis cosas, y vi que el gis del pizarrón escribía algo.

Una Gryffindor menos.

Miré hacia los Slytherin y Draco Malfoy alzaba su varita como un trofeo, mientras los demás Slytherin no hacían nada por contener su felicidad. Todos menos Frank, que me miraba, pero no pude definir cual era la emoción en su rostro.
-         Te lo dije –  me dijo Malfoy sin hablar, mientras yo lo miraba –

Tomé mi mochila, y estaba preparada para seguir al profesor, que había ido a su escritorio, pasando por alto el letrero en el pizarrón, tomó unas hojas, y dijo.

- Señor Malfoy, esta a cargo de la clase; quiero los antídotos en las botellas, y se los haré probar a cada uno de ustedes.- Mis nuevos amigos me miraron angustiados. Yo hice un intento de sonrisa para tranquilizarlos. Y, por fin, seguí a Severus Snape por los pasillos. Caminando hacía lo que temía, mi expulsión de Hogwarts.

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XOXO!!!!
Gracias por leer....y por comentar..!! 
Las quiero!!
¡Me voy a comer! XD!!! 

domingo, 8 de mayo de 2011

Capitulo 8. (Pus y escregutos)



-         ¡Pero como pueden decir semejante cosa! – Dijo la profesora McGonagall soltando un sonoro grito  - ¡¿Esta es la hospitalidad de las Gryffindor?! Ustedes cuatro van a…- la profesora McGonagall fue interrumpida por Albus Dumbledore.
-         ¿Qué pasa Minerva? – dijo, mirando a sus alumnas.
-         Estas…niñas dicen que no quieren a las extranjeras en su habitación – dijo indignada McGonagall.
-         Profesor, es un dormitorio para 5 – dijo una chica de cabello rubio – no para 7, apenas cabemos allí…y el cuarto de baño, ¿cómo quiere que nos apañemos? –
-         ¡Señorita Brown! – dijo la profesora McGonagall, y el profesor Dumbledore le toco el hombro tranquilizadoramente.
-          Resolveremos esto…- dijo el profesor – tal vez la señorita Brown y la señorita Patil tengan razón y soy un viejo chiflado –
Las chicas se miraron en silencio y bajaron la mirada después.
Harry, Ron, Hermione, Fred y George nos miraron un poco apremiados. Detrás de ellos, estaban una chica pelirroja, que creí sería Ginny  con una chica de cabello castaño lacio, y unos ojos grandes, brillantes y cafés.
-         ¿Qué ha pasado? – pregunto la pelirroja a Ron –
-         Parvati, Lavender y su grupito no quieren que Anna y Marianne estén en su habitación – dijo Ron
-         ¿Anna…Marianne? –
-         Las chicas de intercambio – dijo el –
-         Pero si eso es tan grosero…- dijo la chica de cabello castaño y camino hacia nosotras.
-         Hola, yo me llamo Michelle, Heather Michelle Walker, voy en tercer año,  y, quiero decirles que lamento mucho el comportamiento de esas chicas, y si quieren pueden estar en nuestra habitación, ¿verdad Ginny? – dijo, y Ron sonrió con esto, mientras  Ginny asentía.
-         Yo soy Ginevra Weasley, pero pueden decirme Ginny – dijo sonriente – y si, podrían dormir con nosotras…no nos importaría y…-
-          Es un gran ofrecimiento, señorita Walker, señorita Weasley – dijo la profesora McGonagall – pero las señoritas deben irse ahora a mi despacho.
Era mi primer día como Gryffindor y ya tenía problemas, genial. Anna me miró con un gesto sereno y sonreí.
-         Nos vemos después – les dije a todos, quienes asintieron y suspiraron.
-         Adiós – dijo Anna y la profesora nos dijo como llegar a su despacho.
-         Ustedes, - dijo la profesora – vayan a la torre de Gryffindor. – dijo señalando a toda la comitiva, que eran los únicos que seguían ahí. Ellos se fueron seguidos de las chicas de cuarto de Gryffindor.
Fuimos a las escaleras, y seguimos las instrucciones de McGonagall, agradecí que pudiéramos llegar a su despacho, y esperamos unos 20 minutos sentadas. Después la puerta se abrió.
-         Si gustan acompañarme – dijo la profesora sonriendo y, nos incorporamos para seguirla  hasta, de nuevo llegar al cuadro de la ninfa. – Siempre valientes – dijo la profesora, y la ninfa movió el cuadro para dejarnos pasar.
La habitación estaba un poco diferente a como la habíamos dejado, tenía el color dorado y rojo predominando en las paredes, en las colchas, y en alfombras que colocaron. Y además había otra ocupante.
-         Creo que ya conocen a Miss Granger – dijo la profesora sonriendo, Hermione, quien estaba viendo mi librero, se giró y sonrió. – Antes que nada, quiero disculparme por mis alumnas, por este comportamiento y quiero desearles una agradable estancia en Gryffindor, y muy provechosa también –
-         Gracias profesora – dijo Anna
-         Muchas gracias – dije yo
-         Bueno, - dijo ella – continuando, compartirán habitación con la señorita Granger, que es una de nuestras mejores alumnas, ustedes, al igual que todo Gryffindor, podrán hacer uso todo el tiempo que quieran de la sala común, (gracias a Merlín que está cerca de aquí), y se les otorgará también derecho a usar el baño de prefectos del séptimo piso. La señorita Granger les dará las contraseñas, - dijo sonriéndole a su alumna favorita - si me disculpan, debo irme. – dicho esto se giró e iba a abrir la puerta.
-         Buenas noches profesora – dijimos las 3 y ella salió.
-         ¿Pero que le hicimos a esas chicas? – dijo Anna un poco molesta.
-         No te preocupes por ellas – dijo Hermione – les caes mal si eres inteligente, les caes mal si le hablas a Harry Potter, les caes mal si eres bonita – dijo Hermione que observaba de nuevo el librero y nosotras reímos - ¿Esto es vuestro? – dijo sonriendo
-         Si, lo compre en Flourish y Blotts –
-         Es…genial – dijo ella mirando los títulos - ¿Dickens? –
-         Si…- reí.
-         Me gusta mucho –
-         Y a mi…- dijo ella aún buscando en el librero - ¿No tienes nada de…derecho mágico? – dijo ella, y entonces un libro salió de entre los demás en el librero.
-         ¡Vaya! – dije mirando sorprendida y Hermione tomó el libro.
-         Esto me serviría… ¿te molesta? – dijo mirándome y sosteniendo el libro con una mano –
-         Claro que no, puedes tomarlo – dije sonriendo – los que quieras –
-         ¡Gracias Marianne! – dijo ella, Anna mientras se había cambiado y puesto la pijama
-         ¿Y que opinan del Torneo de los Tres Magos? – dijo sentándose en su cama
-         Pues, me parece muy peligroso – dijo Hermione severamente – además los gemelos son tontos si piensan que van a poder engañar a Dumbledore, o al juez imparcial, estaban diciendo de regreso que usarían poción para aumentarse la edad…y Ronald, es otro que quiere participar…parece que yo soy la única preocupada por las muertes que mencionó el profesor.
-         Bueno, pero han cambiado las reglas, ¿no? – dijo Anna –
-         Eso dijo…- dijo Hermione metiéndose en su cama – esperemos que controlen bien todo…
-         Si…- dije yo quedamente pensando en todo lo que me esperaba, quizá podría evitar que metieran el nombre de Harry en el cáliz –
-         Me alegra que hayan quedado en Gryffindor – dijo Hermione
-         Y a mi…- dijo Anna, pero yo ya no respondí, ya que me sumí en el sueño.

Al día siguiente Hermione me movía.
-         Marianne…despierta –
-         ¡Que yo no he sido! – dije despertándome, ya que soñaba que todo el colegio me culpaba por meter el nombre de Harry en el cáliz.
-         ¿Qué? – dijo Hermione confundida -
-         Nada…- dije yo terminando de despertar – estaba soñando…-
-         Bueno…- dijo Anna – vamos a cambiarnos para desayunar –
-         Si…- dije y me levante.

Terminamos de cambiarnos y fuimos al gran comedor, el cielo tormentoso del día anterior se había quitado pero unas nubes grises se arremolinaban en el techo del gran comedor.

-         Vengan – dijo Hermione quien se sentó al lado de Harry y Ron. La profesora McGonagall nos repartió los horarios.
-         No esta mal…- dijo Ron mirando el horario – toda la mañana fuera, Herbología con los de Hufflepuff y Cuidado de Criaturas Mágicas... ¡Maldita sea!, seguimos teniéndola con los de Slytherin...
Los gemelos estaban en un rincón de la mesa, discutiendo con Lee Jordan métodos para envejecerse,
-         Y esta tarde dos horas de Adivinación —gruñó Harry, observando el horario. Yo miré el mío…tenía exactamente lo mismo. ¿Adivinación? …no sabía si podría mantenerme despierta ahí, sonaba tan odioso cuando lo leía…
- Estás volviendo a comer, según veo - dijo Ron, mirando a Hermione que ponía mantequilla en un pan.
- He llegado a la conclusión de que hay mejores medios de hacer campaña por los derechos de los elfos - respondió Hermione.
- Sí... y además tenías hambre - comentó Ron, sonriendo.
- Hola – dijo Ginny sentándose frente a nosotros, y su amiga, Michelle, también se sentó.
- Hola – dijimos todos.
- Buenos días – dijo Michelle sonriendo –
- “gueos ias” – dijo Ron que tenía un pan en la boca, lo que hizo reír a Michelle
- ¡Ronald, no hables con la boca llena! – dijo Hermione molesta.
Harry la miró y sonrió.
 De repente oí un batir de alas, y un centenar de lechuzas entró volando a través de los ventanales abiertos. Llevaban el correo matutino, así que Harry alzó la vista, apartándola de Hermione. Las lechuzas volaron alrededor de las mesas, buscando a las personas a las que iban dirigidas las cartas y paquetes que transportaban.
Una lechuza parda se acercó a mí y estiró su pata. Tenía un sobre, lo tomé y la lechuza se fue volando. Era una carta de mi tía. Me preguntaba como me había ido, en que casa había quedado, y si me había gustado el regalo… ¡el regalo!, con tantas cosas había olvidado eso por completo.  Hoy debía escribir a mi madre, a mi padre y a mis tíos sin falta.

Salimos del castillo rumbo al invernadero 3, y Anna me mostró su horario, el cual era idéntico al mío. Al llegar a la clase, vi a la profesora Sprout, que nos mostró las plantas más horribles que he visto jamás: bubotubérculos.
-Hay que exprimirlas, para recoger el pus... – dijo la profesora, y yo luche porque el mareó que me había venido junto con el asco se me pasaran
- ¿El qué? —preguntó Seamus Finnigan, con asco.
-El pus, Finnigan, el pus —dijo la profesora Sprout –
- <<”¿Podría dejar de repetir la palabra pus?”>>- pensé
- ¿Te sientes bien Valentina? – pregunto Anna
- Si, no es nada – dije
- Pero estas verde…-
-  Es extremadamente útil, así que espero que no se pierda nada. Como decía, recogerán el pus en estas botellas. Tienen que ponerse los guantes de piel de dragón, porque el pus de un bubotubérculo puede tener efectos bastante molestos en la piel cuando no está diluido.-
- <<” Gracias por el dato…”>> - pensé mientras me ponía los guantes, y espere a ver como exprimían a los bubotubérculos, salía algo amarillo oliendo a petróleo, que comenzaron a poner en botellas. Comencé a hacerlo, una vez que comenzabas no era tan malo, pero seguía siendo asqueroso. Pasamos toda la clase haciendo eso.
La profesora estaba muy contenta, y nos comentó que la señora Pomfrey estaría igual de feliz ya que, el pus ayudaba quitar el acné.
-         ¡Hey chicas! ¿Cómo les va? – nos preguntó Anya acercándose –
-         ¡Bien Anya gracias! – dijo Anna
-         Es una suerte que hayan quedado juntas – dijo ella mientras yo exprimía un bubotubérculo y me protegía de un chorro que iba directo hacia mi cara con la mano –
-         Si, pero nos hemos quedado en el cuarto de antes – dijo Anna mientras yo batallaba con la botella –
-         ¿Por qué? –
-         Unas chicas …- dije yo suspirando
-         ¡Las Hufflelpuff fueron muy amables conmigo! – dijo Anya emocionada, pero la profesora Sprout la vió y la mandó a que siguiera exprimiendo – luego las veo chicas…-
-         Claro – dijimos Anna y yo sonriendo.

La clase termino, y nos dirigimos hacia la cabaña de Hagrid, el nos esperaba de pie fuera de su cabaña, y en una mano, tenía a Fang, que se jalaba desesperadamente para intentar ver que había en una caja que estaba al lado de Hagrid.

-¡Buenas! -dijo Hagrid, sonriendo a Harry, Ron y Hermione-. Será mejor que esperemos a los de Slytherin, que no querrán perderse esto: ¡escregutos de cola explosiva!
-¿Cómo? -preguntó Ron.
-<<”Ay no”>> -
Hagrid hablaba de ellos como si fueran sus hijos, y uno echo humo de la caja.
-         ¿Y porqué tenemos que criar eso? – dijo altaneramente Draco Malfoy detrás nuestro, Crabbe y Goyle se reían, pero había un nuevo miembro con ellos…Frank. Para desgracia nuestra, Hagrid se quedó callado
-         Si, ¿Qué hacen? ¿Para que sirven? – dijo Draco Malfoy ensanchando su sonrisa arrogante.
-         Eso…lo sabrás la próxima clase Malfoy – dijo Hagrid después de pensar mucho su respuesta – ahora, no se que darles de comer ya que nunca he tenido uno. Así que conseguí huevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra.
-         Piensa que son de juguete, piensa que son de juguete – repetía voz baja cuando tomaba el hígado

Era demasiado difícil intentar darles de comer, porque no sabíamos ni siquiera si tenían boca. Además algunos tenían aguijón.

-         ¡Me ha picado! – chilló Lavender Brown y Hagrid se acercó.
-         Creo que los machos tienen un aguijón y las hembras un succionador de sangre –
-         Ah, mira – dijo Malfoy – ahora está todo muy claro.
-         Si queremos mascotas que nos llenen de piquetes y nos chupen la sangre ya sabemos que mascota elegir – dijo Malfoy
-         Ahora que lo dices Draco…podríamos usarlos contra los sangres sucias…eso si seria útil, imagínate…- comenzó Frank y Malfoy empezó a reir
-         ¡Eres un genio Becher! – dijo Malfoy – quizá uno en la mochila de…-
-         ¡Ni te atrevas a decirlo! – dijo Anna apuntando a Malfoy con la varita, ya que Harry, Ron y Hermione no lo habían oído.
-         Pero si eres la nueva amiga de Potty – dijo Malfoy arrastrando las palabras – te has unido a su club de fans…- y Harry, Ron y Hermione se giraron para ver lo que ocurría, y se acercaron hacia donde estábamos.
-         Spinelli, Siegrist…- dijo Frank - ¿Porqué no se meten en sus asuntos? –
-         ¿Por qué no te callas? – dije apuntándolo con la varita, valiente y tontamente, ya que solo había lanzado un par de hechizos en toda mi vida, es decir apenas sabia apuntar con ella…
-         Ustedes me repugnan…- dijo Anna mirándolos –
-         Lastima que piensen así….- dijo Malfoy arrastrando las palabras – viniendo de familias tan antiguas y siendo sangre pura…deberían saber con quien relacionarse. –
-         ¿Qué es lo que pasa? – dijo Hermione llegando, ya que Malfoy y Frank nos apuntaban también.
-         Discutíamos las habilidades de los bichos Granger – dijo Malfoy
-         Déjate de payasadas Malfoy – dijo Harry
-         Es en serio Potter, un escreguto en la mochila de tu novia la sangre sucia no estaría tan mal, ¿a que no? – dijo el sonriendo –
-         ¡Retira eso! – dijo Harry apuntándolo con la varita –
-         ¿Lo de que sea tu novia Potter? – dijo Malfoy riendo – creo que deberías de dejar de esconderla y…- en ese momento miré a Anna, que intentaba levantar un escreguto y creí adivinar lo que estaba pensando, Malfoy estaba demasiado ocupado peleando con Harry y parecía haberse olvidado de nosotras.
-         Wingardium Leviosa – susurré apuntando al escreguto, y logró levantarse más de lo que había conseguido Anna.
-         <<”¿Quieres un escreguto Malfoy? Te lo daremos….”>> - pensé, ¿Dónde había quedado lo de que Draco Malfoy era guapísimo? Se preguntarán, bueno…seguía siendo guapísimo…pero una se deja llevar. Estábamos a punto de arrojarlo sobre Malfoy cuando Hagrid gritó.
-         ¿Pero que hacen? –

Pasaron 3 cosas, Anna se asustó y dejó de apuntar con la varita; Malfoy volteó a mirarme con cara asustada, y yo…le lancé el escreguto…y era uno con aguijón… Suerte que cayó sobre su brazo.

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Yo de nuevo!! jajaja.....XD....bueno Annie, ya sabes que te lo dedico
XD....APARECISTE NOEEE!!! XD...emm.....gracias por leer!! 
No tengo muchas ideas ahora
jajaja LAS QUIEROOOO!!!
n.n