Hola, hola!!

Bueno, este es un proyecto de fic que tenía hace un par de años...espero que les guste...en esta historia viajaremos directo a Hogwarts!!!

Intentare sobrevivir a Hogwarts, que el-que-no-debe-ser-nombrado regrese....y....jajaja bueno, hacer que Harry y Hermione se enamoren...creen que lo consiga?

Bueno...sin más l@s dejo leer querid@s lector@s !!!!

jueves, 11 de agosto de 2011

¿Tutor?

La capa negra de Snape ondeaba delante de mi mientras lo seguía en los pasillos, y por un par de minutos, me abstraje en este hecho. Después, comencé a darme cuenta, muy a mi pesar, que estaba adquiriendo una gran habilidad para meterme en problemas. Pero, si veía todo por el lado positivo, era muy posible que Dumbledore no fuera tan duro.

Además, Snape no era jefe de mi casa, pero me atemorizaba. Para los que ahora me estén comparando con Neville, no, no creo que mi Boggart fuera Severus.
*En fin, llegamos a la estatua, que comenzó a girar cuando Snape pronunció  "Varita de Regaliz",  entramos a las escaleras, y giró cuando subimos a ellas. Comencé a marearme, y dude que fuera fruto del movimiento de las escaleras. Cuando al fin nos detuvimos Snape golpeó tres veces la puerta con sus nudillos, ni siquiera se limitó a mirarme, como en ningún lapso de el trayecto hasta la oficina.
*- Pase - dijo la voz de nuestro amable director y Snape abrió la puerta
- Ah, Severus…- dijo juntando sus manos complacido, y entonces reparó en mi - ¿Qué hace miss Siegrist con usted? -
- Siegrist hizo explotar su caldero esta mañana, señor. - dijo Snape
- ¿Un….caldero?  - dijo  mirándome de pronto, divertido
- En mi clase, profesor - dijo Snape, y entonces Dumbledore adoptó una expresión seria
- Oh - dijo el
- Yo se lo dije antes de que iniciara el curso, debìamos probar a los estudiantes antes de traerlos aquí, -
- Severus, ¿Acaso dudas de mis razones para escogerlos a ellos? -
- No señor, pero no quiero que eso afecte a mi clase. Ya tengo a suficientes incomptetentes en esa clase, como Potter por ejemplo, o Longbotton o Weasley. -
- Bueno profesor, para eso vienen los alumnos a Hogwarts, para aprender…-
- Yo exijo… - dijo Snape, mientras yo observaba los instrumentos de plata de la oficina del profesor Dumbledore, y no es que no me preocupara mi aparente expulsión inmediata, pero me distraigo fácilmente. Cuando uno de los instrumentos iba a sacar humo por tercera vez, sonó la puerta.
- Pase - dijo la amable voz del profesor por segunda vez y Minerva McGonagall entró al despacho. Nos miro a mi y a Snape, y Dumbledore le planteó la situación.
- Pues…- dijo ella un poco recelosa - yo venía a comentarle acerca de la alumna Anya -
- ¿Sí? - dijo el director
- No puede desempeñarse bien en mi clase y… - cuando la profesora comenzó la frase, sentí que el mundo se me venía encima. - …me preocupa.
- ¿Miss Siegrist se siente usted bien? - dijo el director mirandome  y entonces alargó la mano a su cajón del escritorio - esta verde, tome un caramelo - dijo ofreciendome un bowl, del cual saque un dulce verde y lo comí. Limón. Sabía bien…después demasiado ácido…después me acostumbre. 
Mientras Dumbledore y yo saboreabamos el caramelo, Snape y McGonagall  tenían una discusión, que se estaba haciendo acalorada acerca de que hacer con nosotras dos, porque hasta ahora, Ana, Marcus y Hans habían resultado "competentes".  Snape proponía que nos hicieran pruebas a todos y que si no eramos aptos, regresaramos a nuestras escuelas. McGonagall  sugería que simplemente nos dieran asesorìas y tiempo.  Miré a Dumbledore  y me guiñó un ojo, tosió y ambos profesores guardaron silencio.
-          Yo tengo una propuesta - los tres los miramos atentadamente. - Cada profesor observara a los 5 estudiantes. Y si el alumno no da la talla, se le asignará un tutor.
-          ¿Tutor? - dijo McGonagall - ¿Con todo lo que pasara?
-          Si, profesora - dijo Dumbledore - haya torneo de los tres magos o no, nuestro deber es enseñar.
-          Claro - dijo ella con lo que intentaba que pareciera una sonrisa.
-          Se les evaluará unos meses después, y si no pasan la evaluación, los degradaremos de año…-
-          <<"¿Qué?">> - fue lo único que pensé, mientras mi mandíbula caía al suelo, y yo olvidaba como se cerraba, y Snape, sonrió complacido.
-          Y….¿quienes serán los tutores..?,¿Alumnos? - dijo la profesora observándome reflexiva.
-          Si Minerva - dijo Dumbledore - haga una convocatoria a los alumnos de último año de todas las casas, habrá puntos para las casas, quedará en su expediente y, una recompensa.
-          Bien - dijo la profesora
-          Yo me retiro con mis estudiantes…- dijo el profesor - y usted señorita Siegrist deberá lavar los calderos durante una semana, y le sugiero consiga uno para mi próxima clase….- dijo mientras se daba la vuelta, y caminaba hacia la puerta. - …y , - dijo volteándose - supongo que queda claro que usted necesitará un tutor…-
-          Si…- dije en una voz apenas audible, pero que llegó a sus oídos. La profesora McGonagall me puso la mano en el hombro de forma protectora y Snape termino yéndose con sus paso altivo.

Después de unas palabras de ánimo a las que no les presté atención por parte de ambos, me dejaron ir. Las clases de la mañana habían concluido y todos los alumnos se dirigían al gran comedor.

Michelle, Ginny, Ron, Harry, Hermione y Ana (estaban sentados en se orden), me miraron mientras entraba por las dos puertas, Ron agitó los brazos, sonriendo y Michelle reía con Ginny.  Cuando llegué a donde estaban, Ana se recorrió y pude sentarme entre ella y Hermione.

-          ¿Y? - dijo Ana -
-          ¿Te expulsarán? - dijo Ana
-          ¿Te castigaron? - dijo Harry
-          ¡¿Te expulsaran?! - dijo Ron
-          Ron, ya le preguntaron eso - dijo Ginny
-          Bueno, déjenla hablar - dijo Hermione, y todos me miraron expectantes.
-          No…- dije mientras servía patatas en mi plato - cada profesor evaluara el desempeño de todos los de intercambio, y los que no salgan bien en una materia…les pondrán un tutor…-
-          ¿Un tutor? - dijo Ron y se echó a reir - ¿Quién va a necesitar uno? - me quede callada mirándolo y deje el tenedor que tenía carne sobre el plato - ….te mando uno Snape, ¿verdad? - dijo culpable, después de que Ginny le diera un codazo
-          Si…- dije yo queriendo hundir mi cara en el plato - y tengo que fregar los calderos toda la semana…-
-          Pero no es justo - dijo molesta Ana - ¡si Malfoy arrojó una bomba a tu caldero…! Y al mío también….debemos decirle a Snape y….-
-          Snape no te escuchara - dijo Harry mirándola - el odia a los gryffindor, y Malfoy es su…-
-          …protegido - finalizó Hermione - Es un caso perdido. -
-          ...rayos - dijo Ana. Y nuestro pedazo de mesa se quedo en silencio. Yo no sabía que podía decir así que me quedé callada. Después llegaron los gemelos y levantaron los ánimos haciendo bromas.

Me sentí peor, cuando a las 7:00 de la noche,  todos se dirigían al gran comedor, mientras yo me dirigía hacia las escaleras que dan a las mazmorras para limpiar el aula de pociones.

-          Marianne - escuché una voz a mis espaldas, y ruborizada, me giré con lentitud
-          Marius…- dije mirándolo - ¿Cómo estas?
-          Genial - dijo el - ¿Y como te esta yendo? -
-          Bien - mentí
-          Hogwarts es grandioso, ¿o no? - dijo el mirando alrededor
-          Si….- dije yo y comencé a retorcer mis dedos
-          ¿No vienes a cenar? - dijo el -
-          No…yo…- dije yo intentando dar una explicación -
-          ¡Marius! - le gritó un Ravenclaw desde la puerta - ¡ya vamos a entrar! -
-          Bueno, Marianne….- dijo el sonriendo de lado - te veré luego -
-          Si…- dije en un susurro mientras el se alejaba, suspiré y retome mi camino hacia las mazmorras.

No vale la pena mencionar mi experiencia con los calderos ese día, o con la aversión o nauseas que tuve al ver lo que estaba fregando. Era martes, llegué a la sala común fastidiada y me senté en una butaca que estaba en una esquina, ya que no veía a ninguno de mis nuevos amigos por ningún sitio. Quizá estuvieran cenando aún, la sala común estaba casi vacía. Tomé uno de los libros en mi mochila y comencé a leer acerca de la historia de la magia. Unos veinte minutos después la sala común comenzó a llenarse. Lo que me alegro, y entonces, olvidando por un momento las pruebas que se me venían me decidí a disfrutar de la cálida sala común, ¿Cuántas veces no había soñado con jugar naipes explosivos, ajedrez mágico, platicar o simplemente sentarme allí? Levante la vista de mi libro y observe feliz las butacas mullidas, los colores rojo y dorado que predominaban, la chimenea que chisporroteaba, las antiguas ventanas, las alfombras. Me hundí en mi sillón, y después; a todos los gryffindors, y me sentí envuelta en un ambiente de familiaridad, sus pláticas, sus risas….inclusive una parejita que se besaba en un rincón. Hasta que me sentí observada.

Me gire y vi al grupito de chicas que, en la noche del banquete nos habían mandado a otro lugar a Ana y a mi, estaban cuchicheando muy juntas, la rubia me señalaba, y las demás reían. Miré de nuevo el libro, para no prestarles atención, y, sólo me faltaban 2 párrafos para terminarlo. Sonreí al pensarlo, sólo 2 libros más de historia de la magia, y podría pasar a otra materia. Claro que para los magos podría sonar muy aburrido, pero para mi era como leer una historia de ciencia ficción, como de la tierra media, podía simplemente imaginar a muchos de los personajes de la historia como uno de un libro de aventuras. Y conocer exactamente todo lo que había pasado, y al menos en esa materia, no creía tener problemas.

Terminé el libro, y decidí ir por el siguiente a mi habitación, ya que tendríamos doble clase de historia de la magia al día siguiente y supuse que el profesor Binns sería el primero en evaluarme. Me levante con esfuerzo de mi cómodo asiento y no pude evitar pasar por donde estaba el grupito.
-          Eh, chicas...¡Mis uñas se mancharon con el castigo de Snape! - dijo la rubia de nuevo, quien supuse era Lavander, haciendo una mueca y una pantomima, alejando lo más posible sus manos de la cara - ¡mis blancas manos! - dijo, y todas estallaron en carcajadas. Yo, simplemente, seguí mi camino, caminando rápidamente. Molesta, cruce el retrato, y oí que un par de voces que  me llamaban desde dentro de la sala, pero no me quise girar.

Después de un rato en la habitación, llegó Ana, y me dijo que Hermione estaba en la biblioteca. Yo termine el libro de historia de la magia, que era más corto que el anterior, y me dormí preocupada por todo lo que se venía.

El miércoles amaneció despejado, parecía que las nubes de la tormenta del inicio de cursos se habían ido. Fui a la lechucería por Galileo para pedir un caldero a mi tía. Até la nota a su patita, y el voló feliz. Me volví al gran comedor donde, Harry, Ron y Hermione trataban de infundirnos ánimos. Mientras me servía huevos revueltos, recordaba mi plan de hacer pareja a Harry y a Hermione, pero antes tenía que asegurarme de permanecer en cuarto año.


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Para Oldda!!! Un beso hermosaaa!!

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